ELABORACIÓN DEL JUGUETE DE HOJALATA


  El proceso sigue una serie de operaciones. Primeramente se decidía el juguete a fabricar, en función de la demanda consultada para ello, fotografías, revistas y catálogos que se pueda encontrar tanto en España como en el extranjero. Se realiza un dibujo de la pieza a escala 1/1, generalmente mano alzada, se configuraba el volumen en escayola. A partir de éste, el maquetista de la empresa construía un modelo en madera sobre el que se aplicaba una chapa muy fina a veces de latón o cobre, más moldeable para delimitar los contornos, el volumen y las medidas. La finalidad de ello era realizar el patrón o molde.

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Prototipos en madera.

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  Antes de la Guerra Civil Española, se conseguía desmoldando la chapa que se había conformado sobre el prototipo de madera, y con posterioridad a la contienda, dibujándolos sobre los planos. Acto seguido, se diseñaba toda la matricería o utillaje; copadoras recortadoras, perforadoras de acero que en casi todas las empresas españolas del sector eran fabricadas en sus propias fundiciones, y que introducidas posteriormente en las prensas dotarían de relieves y formas a las piezas. En un principio, se llegaron a fabricar matrices de madera y bronce, pero dada su inferior consistencia con respecto al acero, se abandonaron pronto.


Moldes para cortar y copar la hojalata litografiada.

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  Siguiendo las modas estilísticas y artísticas del momento, se operaba la distribución de los colores de las distintas partes del juguete. Corrientemente, sobre una muestra planográfica donde estaban incluidos los dibujos correspondientes a todo modelo ¡techumbres, laterales, respaldos...!, se especificaban las tonalidades pictóricas escogidas. Era la plantilla. Esta era enviada a las industrias litográficas norteñas para que procediesen a la impresión sobre hojalata, material adquirido con anterioridad en las mismas siderometalúrgicas vascas.
Una vez que la chapa litografiada se recibía en fábrica, era cortada a tiras con unas cuchillas llamadas "cizallas"; estas cintas de hojalata entraban en las máquinas de corte -troqueles o prensas-, que disponían de una matriz recortadora con la silueta de la figura.

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  Proceso de corte con prensa.
  Seguidamente, con la matriz perforada, se incidía en los puntos necesarios para habilitar las hendiduras donde se introducirían las grapas.


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  Después, se procedía al llamado "copado" o embutido, donde las piezas adquirían su relieve definitivo. Finalmente, en el montaje, mediante el sistema de engrapado, las "pestañas" se doblaban con unos alicates y las partes se sujetaban unas a otras; disponiendo, simultáneamente, los diferentes mecanismos en su interior.

Piezas ya cortadas.


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  Proceso de engrapado (ensamblaje).


  Los problemas técnicos eran escasos y se iban subsanando sobre la marcha; a veces éstos sólo consistían en pequeños defectos en el troquelado o algún raspado en la pintura durante el copado que obligaba a rectificar la pieza.

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